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Clásicos de Arquitectura: Árbol para Vivir / Fruto Vivas

El encargo al arquitecto venezolano José Fructoso Vivas Vivas, mejor conocido como Fruto Vivas fue por parte de la Cooperativa de Trabajadores de Pequiven, para construir un edificio de viviendas en Lechería, Venezuela. Por medio de este proyecto, Vivas, pudo convertir en realidad gran parte de la teoría que había estado esbozando en su obra más temprana.


Para entender este edificio hace falta comprender las bases del pensamiento arquitectónico y social que encauza la obra de Vivas. El arquitecto, tiene una preocupación que va mas allá de una realización estética. Según el teórico Juan Pedro Posani, la arquitectura de Vivas se puede resumir en dos variables: una estructural y otra político-social.


“Nos equivocamos al considerar la obra de Fruto como si se tratase de arquitectura convencional, que sigue las leyes de la evolución internacional. El alma de Vivas se estructura sobre dos ámbitos heterogéneos: primero la firme convicción de que arquitectura es construir y que por lo tanto debe ser construible; y por otro lado que todo acto humano es político y el de construir lo es de sobremanera”.


La potente expresión del edificio emana una estética especial, con la cual podríamos imaginar una visión urbanística como la propuesta por Constant Nieuwenhuys para el New Babylon, e incluso la obsesiva preocupación estructural presente en la obra de Buckminster Fuller. En esto no estamos del todo equivocados ya que el pensamiento de Vivas tiene muchos puntos de encuentros con ambos.



"Vayamos hacia las estructuras límite para construir con la materia óptima necesaria, con la forma de máxima eficiencia y demos a la edificación el carácter mutante propio de la vida. Que la ciudad cambie como cambian los bosques, sin morirse, en un mundo dialéctico de íntima relación pero a la escala gregaria del hombre, donde sea posible el amor social en estructuras urbanas y en armonía con la naturaleza."(1) Con ideas tan claras, el ‘árbol para vivir’ no es mas que la expresión arquitectónica de éstas.


La propuesta, pionera el rubro de vivienda multifamiliar, no está pensada en vertical sino en volúmenes horizontales. Los volúmenes son barras de tres pisos que se cruzan y traslapan entre sí y pareciendo flotar sobre la flora caribeña. En medio existe una torre de circulación vertical que conecta los distintos bloques. Desde ella nacen las circulaciones horizontales, puentes y pasillos que permiten dar acceso a cada apartamento y a las áreas sociales del conjunto.

La estructura nace de la preocupación por la optimización y el ahorro de materiales en la construcción. Ésta se compone de una estructura metálica realizada en marcos portantes que contienen a los bloques de tres pisos. Cada marco, al unirse, forma un cubo modular que luego permite la distribución de seis tipos de departamentos diferentes.


El edificio de estética pesada, parece flotar sólo con la ayuda de unas esbeltas columnas. “Estas columnas son estructuras laminares de 13m de altura diseñados siguiendo el desarrollo de las fuerzas estructurales, formando grandes esculturas.”(2) La solución escultórica para los apoyos hace referencia al arquitecto brasileño, Oscar Niemyer, siendo esta relación posible teniendo en cuenta la previa colaboración de Fruto con el arquitecto en la construcción del Museo de Arte Moderno de Caracas.


Por último el Árbol para Vivir es un referente, como toda obra de Vivo, de arquitectura bioclimática pasiva. “Todo edifico debe contar con: abastecimiento de oxígeno, abastecimiento de alimento reciclable y confort climático, frescura y aroma.”(3) Describe Vivas en su libro ‘Las casas mas sencillas.’ El edificio fue pensado para adecuarse lo más posible al clima húmedo y cálido del caribe. La estructura posee vanos, y está desarrollada para que exista ventilación cruzada aun cuando sus ventanas estén cerradas. El sol también fue un factor influyente en el diseño, generando retranqueos en la fachada y utilizando vidrios cromados para evitar la incidencia directa de éste y un sobrecalentamiento del interior de la vivienda.


“Si estos andamios colgantes los unimos a los biomateriales, podríamos realizar edificaciones de alta calidad bioclimática donde podamos vivir entre pájaros y mariposas, sentir el aroma de los jazmineros a través de la brisa que ellos mismos producen y desde los balcones, ver a los niños correr hacia el futuro posible para todos.”(4) Sin duda Fruto fue un soñador; teniendo el mérito de poder llevar parte de estos sueños a la realidad, transmitiendo con su obra lecciones de sustentabilidad, optimización, urbanismo, arquitectura y sociedad. Una visión, que si ser correcta o incorrecta, es distinta de la del mundo que estamos acostumbrados, dejando abierta la pregunta ¿estamos, como arquitectos, construyendo el mundo en que queremos vivir?

  • Arquitectos

Fruto Vivas

  • Ubicación

Avenida Anzoategui, Lechería 6016, Venezuela

  • Architect in Charge

Fruto Vivas

  • Ingeniero

Edgar Fortul

  • Año Proyecto

1990

  • Fotografías

Cortesia de IX BIAU

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